4.23.2008

FAMILIA


Como la sociedad, la familia puede ser disfuncional, corrupta y desagradable. Una constante lucha por el poder, guerras entre hermanos, malos tratos, daños psicológicos y emocionales, traumas permanentes y una inevitable subestimación por parte de los integrantes de mayor edad, portando la permanente careta del amor; pero “la familia es la base de la sociedad”, que descripción tan acertada.
Imposición de respeto y obediencia a las figuras autoritarias, separaciones de poder, deberes y obligaciones. La familia en sí es una pequeña representación de lo decadente que es la sociedad; es una dictadura en miniatura, donde el poder lo ostenta el patriarca, hasta que es destronado por su primogénito, aquel que tiene el control absoluto sobre el destino de sus hermanos, hijos, sobrinos.
Es en el núcleo familiar donde se le implantan los códigos de conducta, las pautas y las normas impuestas por la sociedad a los miembros más jóvenes, generación tras generación de robots programados para portar una mascara de normalidad en un mundo donde los verdaderos entes normales están encerrados en manicomios.
Veamos el ejemplo de los nuevos modelos de familia, padres solteros, madres abandonadas y/o maltratadas, parejas homosexuales que traen consigo un hijo de alguna relación heterosexual anterior u osan adoptar un niño (¿para enseñarles qué, a seguir el digno ejemplo que se les está dando?) reflejando la máxima expresión de hedonismo, egolatría, frivolidad y rechazo.
En mi caso particular, crecí en el seno de una familia que competiría y tendría una enorme ventaja contra los Addams y los Munster, un grupo exageradamente disfuncional, donde contrastan tanto las personalidades que parecen los lados de un cubo Rubik. Todos, desde la cabeza (el patriarca) de la casa, hasta el más pequeño de los que tienen uso de razón están locos. Yo personalmente he tenido que ir a psicoanálisis para tratar de alejarme de esos elementos con los que comparto cadenas de ADN y recuperar un poco de salud mental.
Mi grupo de amigos también es bastante extraño y los menciono porque los considero mis hermanos y por tanto, parte de mi familia, todos son tan diferentes entre sí que no entiendo como seguimos en contacto; entre ellos también existe la gama de personalidades, el hippie, que solo quiere tocar su guitarra; el megalómano, que es un fraude en su trabajo y sin embargo es considerado uno de los mejores; el quejón sentimental; el filósofo, pensador, estudiante y eterno lector, que trata de hacerse notar por su extensa cultura, el que se mueve a donde lo lleve la marea, con muy pocos instantes de personalidad propia y el espiritual, quien es considerado el guía y psicólogo del resto de mis amigos, un ente sin experiencia en muchos factores, pero sin embargo casi todos acuden a él para recibir sus consejos, una persona con una aptitud paranormal de destruirte el autoestima y la moral, pero cuando estás por tomar represalias se esconde bajo el manto de la lástima y de inmediato es socorrido por su séquito de chupa medias, a quienes, por cierto, también les destroza la moral y el autoestima.
No trato de ocultar mi cuota de defectos, si alguien escribiese sobre mi, como yo lo hago de mis familiares, podría llenar una biblioteca entera sólo con mis defectos, hasta el día que me enteré de la responsabilidad que caía sobre mis hombros era igual y/o peor que ellos.
En el caso de las familias funcionales (extraño conjunto hoy en día) se suele respetar la opinión de cada uno de los miembros y generalmente hay cooperación, y si no la hay, por lo menos nadie estorba o lo hace lo menos posible. Familias utópicas, como el caso de la serie descontinuada “Full House” sólo se pueden imaginar o ver en TV.
Aunque me descargué con mis amigos (con mi grupo más cercano en realidad), tomo en cuenta la máxima “tus amigos siempre son tu familia, pero tu familia no siempre son tus amigos” pues a ellos los elegí porque algo bueno, gracioso, o que tengan en común conmigo les vi, son mis hermanos y para mí son importantes, como a mi familia sanguínea, a ellos los quiero muchísimo y no los cambio por ningún otro grupo.
Frases como “la familia es para siempre” o “tienes que quererlo porque es familia tuya” pierden sentido cuando te das cuenta que la única solución posible para tu bienestar es cortar relaciones con ellos. La crianza, las experiencias y los pocos momentos cálidos y memorables que viví con mi familia son los que me han hecho entender que sí les tengo cariño y no el vil y tácito lazo sanguíneo, que de nada sirve. “Respeta a ese hombre porque es tu papá” jamás tuvo sentido para mí, pues crecí sin uno. “Respeta mi privacidad” te da risa cuando viene de una persona que comparte con todos sus conocidos gran parte de tu vida privada, de tus vergüenzas y de tus secretos. “Madre sólo hay una” es un jocoso juego de palabras cuando tu mamá es la primera persona que te tumba el ánimo con sus críticas.
DARTH VADER:
“LUKE, YO SOY TU PADRE”
LUKE SKYWALKER:
“NOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!”
Teniendo en cuenta todo esto, solo espero poder ser un padre ejemplar...

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